El jefe de Tesla, Elon Musk, acaba de obtener la aprobación de los accionistas para lo que podría convertirse en el mayor paquete salarial en la historia corporativa, un acuerdo espectacular de 878 mil millones de dólares (820 mil millones de euros) repartido en diez años.
La votación tuvo lugar en la reunión anual de la empresa en Austin, Texas, donde alrededor de las tres cuartas partes de los inversores respaldaron el plan. Sin embargo, el enorme pago no es un simple bono en efectivo. Musk sólo obtendrá la cantidad total si Tesla cumple algunos objetivos muy ambiciosos, incluida la entrega de 20 millones de vehículos, el lanzamiento de un millón de robotaxis, la venta de un millón de robots humanoides y alcanzar un valor de mercado total de 8,5 billones de dólares.
Los partidarios dicen que el acuerdo es una forma de mantener a Musk concentrado en la próxima gran fase de Tesla, profundizando en la inteligencia artificial, la robótica y la tecnología de conducción autónoma. Los críticos, sin embargo, argumentan que la suma es tan grande que plantea dudas sobre la equidad y si es posible alcanzar metas tan altísimas. Un observador comentó: «Colocar un precio tan alto a estos objetivos plantea cuestiones sobre la competencia pero también sobre la ética. Me preocupa que Musk y su equipo puedan quedar cegados por los signos del dólar y olvidar su deber de proteger a los trabajadores, clientes e inversores».
Tesla apunta a su propia fábrica de chips de IA
La decisión llega justo cuando Musk reveló otra gran idea para el futuro de la compañía, un plan para construir una «mega fábrica de chips de IA», o fábrica de semiconductores, para producir chips de computadora avanzados para la próxima generación de automóviles y robots autónomos de Tesla.
Hablando en el mismo evento, mencionó casualmente que la empresa tecnológica estadounidense Intel podría unirse al proyecto, aunque no se ha confirmado ningún acuerdo. Aún así, la noticia por sí sola dio un impulso al precio de las acciones de Intel a medida que los inversores reaccionaron ante la perspectiva de trabajar con una de las figuras tecnológicas más influyentes del mundo.
Robots, realidad y el camino por delante
El acuerdo es un recordatorio de que Tesla se toma en serio su cambio de fabricante de automóviles eléctricos a líder en inteligencia artificial y robótica. Y, más allá del enorme sueldo de Musk, las noticias muestran cómo el otrora futurista mundo de la IA y la robótica se está convirtiendo rápidamente en realidad, dando forma a la próxima ola de empleos, industria y vida cotidiana.