jueves, noviembre 6, 2025

El nuevo papel de Grecia en el sector del gas podría ayudar a reducir los precios de la energía en Europa

MundoEl nuevo papel de Grecia en el sector del gas podría ayudar a reducir los precios de la energía en Europa

A medida que Europa se aleja del gas ruso, Grecia se perfila como un punto de entrada crucial para el gas natural licuado (GNL) estadounidense.

Dado que la UE apunta a eliminar por completo las importaciones de energía rusa para 2028, el país se ha reposicionado rápidamente como un centro de suministros alternativos.

La geografía de Grecia y su infraestructura mejorada la han convertido en un eslabón clave en el nuevo mapa energético de la región. El llamado “Corredor Vertical del Gas” conecta Grecia con Bulgaria, Rumania, Hungría y Eslovaquia, permitiendo que el gas que llega por barco a Grecia sea canalizado hacia el norte, hacia Europa Central y Oriental. Esta red está ayudando a los países de la región a reducir su dependencia de la energía rusa.

Dos sitios principales hacen esto posible: la terminal de GNL en Revithoussa, cerca de Atenas, y una terminal flotante más nueva en Alexandroupolis, en el norte de Grecia. Juntos, pueden manejar grandes volúmenes de GNL importado y convertirlo nuevamente en gas para uso nacional y regional.

Según datos oficiales, los envíos de GNL estadounidense representan ahora más del 80 por ciento de las importaciones totales de GNL de Grecia, mientras que el gasoducto ruso ha caído de alrededor del 60 por ciento a menos de la mitad del suministro del país.

Para Grecia, el cambio trae consigo oportunidades económicas y peso político. Al convertirse en una ruta de tránsito clave para el gas estadounidense hacia Europa, fortalece su posición en la seguridad energética y la diplomacia regional.

Para los países vecinos, los beneficios son un suministro energético claro, más confiable y diverso, y una menor exposición a la inestabilidad de las rutas del gas ruso.

Los analistas de energía dicen que a medida que más terminales y oleoductos entren en funcionamiento en todo el sur de Europa, la competencia entre proveedores podría aumentar, lo que podría aliviar los precios para los consumidores con el tiempo.

Lo que está claro es que el panorama energético de Europa está cambiando rápidamente. Rusia ya no es el actor dominante y Grecia está dando un paso al frente, no sólo para asegurar su propio suministro sino también para mantener el flujo de gas a través de la región procedente de socios nuevos y más estables.


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