Las cámaras de la ESA en Cáceres registran una espectacular bola de fuego iluminando los cielos de España y Portugal. Crédito: Youtube – Extras de la ESA
Un impresionante destello de luz atravesó los cielos de España y Portugal el domingo 2 de noviembre, iluminando la noche y sorprendiendo a cualquiera que tuviera la suerte de mirar hacia arriba.
El espectacular momento fue captado por la cámara de la estación de detección de meteoritos de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Cáceres, confirmando lo que ya habían visto testigos en toda la Península Ibérica: una enorme bola de fuego atravesando la atmósfera. Desplácese hacia abajo para ver el vídeo al final de este artículo.
Exactamente a las 20:41 CET, la estación AMS82 de la ESA, ubicada en Casas de Millán (Cáceres, España), capturó el suceso. El sitio de seguimiento forma parte de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA y de la red AllSky7, que vigila los meteoros y bólidos en toda Europa.
Según la ESA, el brillante objeto se desplazaba hacia el noroeste sobre Portugal cuando apareció a unos 97 kilómetros por encima de Lousã (Castelo Branco). Momentos después se desintegró a unos 43 kilómetros sobre Amiosinho (Coimbra). En ese corto viaje, el meteoro cubrió aproximadamente 80 kilómetros, viajando a una increíble velocidad de 81.000 kilómetros por hora antes de desaparecer en un destello cegador.
Más tarde, los científicos confirmaron que el objeto no fue detectado antes de entrar en la atmósfera de la Tierra, lo que significa que la bola de fuego fue una completa sorpresa: un recordatorio poco común pero emocionante de lo impredecible que puede ser el espacio.
Los científicos dicen que vino de un cometa.
Los expertos de la Red de Meteoros del Sudoeste de Europa (SWEMN – IAA-CSIC) han estado analizando las imágenes y creen que la bola de fuego se originó en un cometa.
Cuando entró en la atmósfera de la Tierra, la superficie de la roca se calentó hasta varios miles de grados Celsius, creando ese intenso rastro brillante conocido como bólido. Unos segundos más tarde, explotó en el aire, produciendo un extraordinario estallido de luz causado por la fractura de la roca bajo presión.
La breve explosión fue visible desde gran parte del oeste de Iberia: un destello lo suficientemente brillante como para confundirse con un rayo, pero con un brillo constante que confirmó su origen cósmico.
«Es esa ruptura de una fracción de segundo lo que hace que una bola de fuego sea tan dramática», explicaron los científicos involucrados en el estudio. «Cuando la roca se rompe, la liberación de energía es inmensa; por eso parece estallar tan repentinamente antes de desaparecer».
Si bien estos eventos no son infrecuentes, capturar uno así es claramente raro, y cada nuevo avistamiento proporciona a los astrónomos datos valiosos sobre cómo se comportan los pequeños cuerpos celestes cuando chocan con nuestra atmósfera.
Dos meteoros, una noche increíble
Resulta que la bola de fuego del domingo no fue el único visitante del espacio esa noche. Aproximadamente una hora antes, a las 19:42 CET, otro meteoro también había iluminado el cielo ibérico durante unos ocho o diez segundos, tiempo suficiente para que la gente tomara sus teléfonos y compartiera la imagen en línea.
A pesar de la cercanía del momento, los científicos han dejado claro que los dos meteoros no estaban relacionados. Cada uno siguió una trayectoria completamente diferente, lo que sugiere que tenían orígenes distintos.
Para los astrónomos aficionados y entusiastas del cielo nocturno, las exhibiciones celestes consecutivas constituyeron una velada inolvidable. Ambas bolas de fuego llamaron la atención en las redes sociales, y los testigos describieron un destello repentino “tan brillante como la luna” seguido de un rastro que se desvaneció en segundos.
La Oficina de Defensa Planetaria de la ESA confirmó posteriormente que la estación de Cáceres registró ambos eventos, proporcionando imágenes clave que ayudarán a refinar los datos sobre las trayectorias de los meteoritos y los posibles patrones de entrada de objetos futuros.
Un recordatorio de lo vivo que está realmente el cielo nocturno
Eventos como este sirven como un vívido recordatorio de que nuestro planeta se cruza constantemente con pequeños trozos de desechos espaciales, la mayoría de los cuales se queman sin causar daño antes de llegar a la Tierra. Aún así, para los científicos, cada bola de fuego es un tesoro de información sobre el entorno dinámico de nuestro sistema solar.
Aunque se cree que ningún fragmento sobrevivió a la entrada del domingo, los expertos dicen que los datos recopilados ayudarán a refinar los modelos existentes de frecuencia, composición y origen de los meteoros.
Para el resto de nosotros, fue simplemente un espectáculo natural impresionante, de esos que te hacen mirar hacia arriba y sentirte pequeño de la mejor manera posible.
A medida que la luz se desvanecía en el cielo nocturno ibérico, el silencio que siguió conllevaba su propia sensación de asombro. Durante apenas unos segundos, los cielos brillaron con fuego y las cámaras de la ESA en Cáceres estaban allí para captar cada momento brillante.