jueves, noviembre 6, 2025

¿Cuál es la misteriosa aceleración del cometa 3I/ATLAS que está dividiendo a los científicos?

Mundo¿Cuál es la misteriosa aceleración del cometa 3I/ATLAS que está dividiendo a los científicos?

El cometa interestelar 3I/ATLAS sigue desconcertando a los científicos por su extraña aceleración. Crédito: Wikipedia – Observatorio Internacional Géminis

El cometa interestelar 3I/ATLAS, que ya hemos cubierto aquí en Noticias semanales del eurovuelve a aparecer en los titulares, y esta vez, por algo aún más extraño.
Un cambio nuevo e inesperado en su trayectoria ha dejado a los científicos rascándose la cabeza, reavivando los debates sobre si estamos presenciando un evento cósmico perfectamente natural… o algo mucho más misterioso.

Un vagabundo cósmico se comporta de manera extraña

Nuevas observaciones del conjunto de radiotelescopios ALMA de Chile han revelado que 3I/ATLAS no está exactamente donde la física decía que debería estar. En otras palabras, no sigue la curva clara y predecible que se espera bajo la fuerza de la gravedad únicamente.
En cambio, parece estar experimentando lo que los expertos llaman “aceleración no gravitacional”: una fuerza pequeña pero mensurable que lo empuja fuera de su trayectoria esperada, particularmente notable cuando pasa más cerca del Sol.

Ahora bien, antes de imaginar que los motores de naves espaciales extraterrestres se enciendan, la explicación más sencilla sigue siendo natural. Cuando los cometas se acercan al Sol, tienden a liberar gas y polvo, creando un pequeño empuje, algo así como un chorro cósmico.
Pero hay un problema. Si eso es lo que está sucediendo aquí, los científicos deberían ver una enorme nube de vapor y escombros a su alrededor. Hasta ahora no ha aparecido nada parecido.

Durante los próximos meses (entre noviembre de 2025 y enero de 2026), telescopios como el Hubble, James Webb y la Red Internacional de Alerta de Asteroides lo observarán de cerca. Si esta nube prevista no aparece, las cosas podrían ponerse muy interesantes.

Ecos de un misterio pasado: ¿recuerdas ‘Oumuamua?

Esta no es la primera vez que sucede algo como esto.
En 2017, el primer visitante interestelar conocido del mundo, 1I/’Oumuamua, desconcertó a los científicos exactamente de la misma manera. También pareció acelerarse ligeramente sin ningún signo visible de gas o polvo, el tipo de comportamiento que dejó a los expertos completamente desconcertados.

A diferencia de un cometa normal, ‘Oumuamua no tenía cola visible, ni rastro de polvo, ni nada que explicara por qué se aceleró. Algunos incluso lo llamaron en broma “cometa oscuro”, aunque la idea de un cometa sin cola es como tener una fogata sin humo.

Ahora, 3I/ATLAS parece seguir sus pasos.
Su aceleración, estimada en alrededor de 0,02 milésimas de metro por segundo cuadrado, sugiere que de alguna manera perdió una enorme cantidad de masa en muy poco tiempo: posiblemente alrededor de 5.500 millones de toneladas de material.
Sin embargo, curiosamente, antes de octubre de este año, ni siquiera el poderoso telescopio James Webb detectó tal actividad, a pesar de rastrear una pérdida constante de masa de alrededor de 150 kilogramos por segundo.

La ciencia dividida: ¿fenómeno natural o algo más?

No todos están de acuerdo sobre lo que está pasando.
Para algunos astrónomos, el extraño movimiento de 3I/ATLAS es sólo otro ejemplo del comportamiento cometario que aún no comprendemos del todo. Pero otros, incluido el astrofísico de Harvard Avi Loeb, piensan que podría ser hora de al menos considerar una posibilidad diferente.

Loeb, que hace años generó controversia al sugerir que ‘Oumuamua podría tener un origen tecnológico, dice que este nuevo objeto merece el mismo escrutinio.
«Si para diciembre no vemos la nube de gas prevista», dijo Loeb, «entonces debemos considerar la posibilidad de una fuente de propulsión artificial».

Ese comentario ha reavivado un debate familiar, especialmente después de que el físico británico Brian Cox descartara la idea de plano, insistiendo en que el comportamiento del objeto es puramente natural.

Loeb respondió, señalando que Cox no ha publicado ningún estudio científico sobre el objeto, mientras que él mismo ha escrito más de una docena de artículos revisados ​​por pares sobre sus anomalías.
“Para mí, la ciencia no se decide por los aplausos o el carisma televisivo”, afirmó. «Se decide mediante un análisis riguroso de los datos. Y los datos, en este caso, no se ajustan del todo a nuestras explicaciones habituales».

Según Loeb, los hechos son simples pero sorprendentes: 3I/ATLAS es inusualmente brillante, más azul que el Sol y parece moverse de una manera que la gravedad por sí sola no puede explicar.

Una pregunta que va más allá de la ciencia

Entonces, ¿qué es exactamente lo que impulsa a 3I/ATLAS?
¿Se trata simplemente de que el hielo y el gas reaccionan a la luz solar de una manera que no hemos modelado completamente? ¿O es algo más extraño, quizás incluso de naturaleza artificial?

Por ahora, la respuesta sigue fuera de nuestro alcance. Pero una cosa es segura: este misterioso visitante procedente de más allá de nuestro sistema solar nos obliga a mirar el universo con ojos nuevos.

Como dijo Loeb, la cuestión no es si 3I/ATLAS es una nave espacial. La verdadera pregunta es: ¿por qué se mueve como si algo lo empujara?

Quizás la explicación resulte perfectamente normal y corriente. Pero si no es así, podríamos estar presenciando algo verdaderamente extraordinario: un momento tranquilo, casi imperceptible en la historia, en el que nos damos cuenta de que tal vez no estemos tan solos como pensábamos.

Un pequeño cambio, de apenas unos segundos de arco, que algún día podría cambiar la forma en que vemos nuestro lugar en el cosmos.


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