lunes, diciembre 1, 2025

3I/Atlas Cometa interestelar impactado por rayos galácticos

Mundo3I/Atlas Cometa interestelar impactado por rayos galácticos

Si la hipótesis de los rayos cósmicos es correcta, 3I/ATLAS podría obligar a repensar qué son realmente los cometas interestelares. Crédito de la foto: Domenichini Giuliano/Shutterstock

El cometa interestelar 3I/ATLAS, el tercer objeto confirmado que se originó más allá de nuestro sistema solar, se ha convertido en un punto focal para los astrónomos de todo el mundo. Descubierto en julio de este año por el telescopio de rastreo ATLAS en Chile, su trayectoria hiperbólica confirmó que provenía del espacio interestelar profundo y no de nuestro propio sistema solar.

En los últimos meses, el telescopio espacial James Webb observó el coma de 3I/ATLAS y encontró una proporción inusualmente alta de dióxido de carbono y agua, alrededor de ocho veces más CO que HO, un nivel nunca antes visto en ningún cometa conocido.

Ahora, una nueva investigación sugiere que esta composición extrema podría ser el resultado de miles de millones de años de bombardeo de rayos cósmicos galácticos, partículas de alta energía que viajan a través de la galaxia. Los científicos creen que esta radiación puede haber transformado las capas exteriores del cometa, creando una corteza químicamente diferente de su interior intacto.

La evidencia detrás de la teoría de los rayos cósmicos

Pistas de composición y modelos de irradiación.

Las observaciones espectrales muestran un CO/HRelación de O mucho más alta que la de cualquier cometa estudiado anteriormente. Los científicos que modelan su química sugieren que los rayos cósmicos galácticos podrían haber penetrado hasta 20 metros debajo de la superficie, alterando lentamente los gases y hielos congelados durante eones. Esto significaría que lo que vemos hoy saliendo del cometa no es su material original, sino el producto de la exposición al espacio profundo.

Este hallazgo ayuda a explicar por qué 3I/ATLAS parece químicamente único en comparación con los cometas del Sistema Solar. Es posible que su superficie se haya vuelto rica en carbono y pobre en agua después de incontables siglos a la deriva entre estrellas, bombardeada por radiación cósmica y despojada de compuestos volátiles. Observaciones espaciales anteriores confirmaron su naturaleza interestelar y revelaron que el cometa está activo, liberando gas y polvo mientras viaja a velocidades demasiado altas para estar limitado por la gravedad del Sol. Su coma luminosa y su química inusual lo convierten en un objeto fascinante para los investigadores que intentan comprender cómo se comporta la materia fuera de los campos magnéticos protectores de los sistemas solares.

Una nueva ventana a la historia interestelar

Si la hipótesis de los rayos cósmicos es correcta, 3I/ATLAS podría obligar a repensar qué son realmente los cometas interestelares. Hasta ahora, los científicos creían que tales objetos ofrecían muestras intactas de material de otros sistemas estelares. Pero si 3I/ATLAS ha sido transformado químicamente por la radiación, puede que no sea una reliquia prístina, sino más bien un testigo congelado del duro e implacable entorno del espacio profundo.

Este descubrimiento también brinda a los astrónomos una oportunidad única de estudiar cómo la radiación galáctica da forma a los cuerpos helados. Al observar 3I/ATLAS, los investigadores pueden aprender cómo los rayos cósmicos alteran la química de los hielos, lo que podría arrojar luz sobre la historia de los cometas en nuestro propio Cinturón de Kuiper y Nube de Oort.

Lo que ahora sabemos

  • 3I/ATLAS es un cometa interestelar con una proporción extremadamente alta de dióxido de carbono y agua.
  • Las capas exteriores del cometa parecen haber sido alteradas por rayos cósmicos galácticos que penetraron hasta 20 metros de profundidad.
  • Es posible que el material que se está liberando ahora no represente la composición original, sino una corteza transformada por la radiación a lo largo de miles de millones de años.
  • El descubrimiento desafía la idea de que los cometas interestelares están «intactos» y puede cambiar la forma en que los astrónomos interpretan las observaciones futuras.

¿Qué viene después?

La misión de confirmar la teoría.

A medida que 3I/ATLAS continúa su viaje más allá del Sol y de regreso al espacio interestelar, los astrónomos lo monitorearán utilizando telescopios espaciales y terrestres. Si la radiación realmente ha cambiado su química, los investigadores esperan ver cambios en las emisiones de gases a medida que las capas más profundas y menos irradiadas del cometa comiencen a sublimarse.

Estas próximas observaciones serán fundamentales para confirmar si la hipótesis de los rayos cósmicos galácticos es cierta. Si es así, 3I/ATLAS ofrecerá la primera evidencia concreta de cómo la propia galaxia puede remodelar los componentes básicos de los sistemas planetarios.

Por ahora, el misterioso viajero sigue cautivando la imaginación, un vagabundo cósmico marcado por su viaje interestelar, que lleva en su caparazón helado la historia de cómo el universo esculpe y transforma a sus visitantes más pequeños.


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